Botiquín narrativo para emergencias: ¿Cómo debemos prepararnos para la siguiente crisis?

Líder narrativo de International Resource for Impact and Storytelling

 

Al ver cómo se desarrolla la tragedia en Ucrania, he estado pensando en el poderoso, rápido y a menudo inesperado impacto que los grandes e impactantes acontecimientos pueden tener en las narrativas que soportan nuestra comprensión del mundo. Aunque el trabajo de cambio narrativo y cultural suele llevar años, los acontecimientos tienen el poder de provocar un cambio rápido, a menudo de forma inesperada.

En 2011, la catástrofe nuclear de Fukushima cambió la conversación sobre la energía nuclear. Sigue resonando más de una década después. El asesinato de George Floyd desencadenó una protesta mundial y situó la actuación policial y el racismo estructural en un lugar destacado de la agenda pública. Covid-19 llevó a replantear muchas cosas: la salud, el trabajo, la economía, la responsabilidad colectiva. Arundhati Roy se refirió a la pandemia como una ruptura con el pasado, un portal a través del cual podríamos crear un nuevo mundo. La invasión rusa de Ucrania trajo la narrativa sobre Europa, sobre los refugiados, y sobre la propia naturaleza del liderazgo político.

Pero los acontecimientos no cambian las narrativas y las condiciones por sí solos. La excelente guía de Liz Manne sobre estrategia narrativa presenta la narración como la vía principal para cambiar el relato. Esto es aplicable a los sucesos impactantes: depende mucho de las historias que contemos sobre ellos, de cómo los entendamos e interpretemos. 

Los fundadores, los activistas y líderes de movimientos deben comprender lo que ocurre en el ámbito de la narración en tiempos de crisis y de disrupción, y prepararse con antelación, en lugar de apresurarse a responder luego de que se produce un evento disruptivo. A continuación, presento cinco factores que debemos tener en cuenta.

1. Confiamos en las historias conocidas

Cuando ocurren acontecimientos impactantes, tratamos de entenderlos empleando historias que ya conocemos bien. Por ejemplo, a la historia de la resistencia de Ucrania al ataque de Rusia se sobrepone a menudo la historia mucho más antigua de David contra Goliat: el héroe mal equipado que se enfrenta valientemente a un agresor más grande y más fuerte. Cuando Covid-19 provocó por primera vez un gran bloqueo mundial, una de las historias más accesibles para nosotros provenía de un sinfín de películas y novelas distópicas: devastación generalizada y sálvese quien pueda, enfrentados unos a otros para sobrevivir. 

Al pensar en las posibles crisis futuras, debemos tener en cuenta las historias familiares a las que la gente probablemente recurrirá, preguntarnos si estas son las que queremos reforzar o rebatir, y planear de acuerdo a ello. The Crisis Handbook, publicado recientemente por el Mindworks Lab de Greenpeace Asia Oriental, ofrece una guía paso a paso sobre cómo hacerlo. 

2. Se revelan las narrativas ocultas 

Los acontecimientos impactantes pueden actuar como un terremoto, moviendo el suelo bajo nuestros pies. Dejan al descubierto las capas de suposiciones subyacentes que suelen operar en la invisibilidad al revelar las narrativas reales que están en juego, en lugar de aquellas en las que aparentamos operar. En el caso de Ucrania, como han señalado Trevor Noah y Moustafa Bayoumi, las observaciones de muchos comentaristas y periodistas estadounidenses y europeos revelaron de manera contundente las narrativas racistas en juego detrás de la sorpresa de que esto estaba ocurriendo en Europa; como si eso hiciera que el evento fuera distinto al infierno del conflicto diario en Yemen, Siria, Afganistán o Palestina. 

Por muy impactante que sea este comentario de los medios de comunicación, sólo revela las narrativas predominantes que han existido siempre, ocultas bajo un velo de respetabilidad liberal. Ahora que están expuestas, podemos enfrentarnos a ellas y tratarlas. ¿Cómo lo haremos, tanto hoy como la próxima vez que se ponga en evidencia la hipocresía internacional?

3. Se pierde la complejidad narrativa 

Uno de los retos a los que se enfrentan quienes intentan criticar las narrativas problemáticas es que, en una crisis, las líneas de batalla narrativas tienden a reforzarse, y a menudo existe poca tolerancia a los matices y la complejidad. Por ejemplo, quienes ofrecen correcciones a la cobertura mediática racista de Ucrania, como este artículo de Moky Makura, de Africa No Filter, deben enfrentarse a los trolls de Twitter que les acusan de tener problemas de percepción o de intentar desviar la atención de la guerra.

En las noticias y en las redes sociales, se debaten actitudes contradictorias con respecto a Covid-19 desde la perspectiva de la profundización de las divisiones políticas no sólo entre conservadores y liberales, sino al parecer también dentro de estos ámbitos. Al parecer, no hemos logrado mantener una conversación colectiva y compleja sobre riesgos, concesiones y cómo podemos crear una sociedad más solidaria. ¿Cómo preparamos el terreno y qué tipo de organización cultural debemos lograr actualmente para crear y mantener espacios para futuras conversaciones desafiantes y complejas en tiempos de crisis?

4. El poder y la voz son más importantes que nunca

establezca un nuevo orden dependerán de quién tenga la voz y el poder para ser escuchado. Es aquí donde entra la construcción del poder –incluso mediante la organización cultural– otro elemento que Liz Manne considera crítico en el cambio narrativo. ¿Qué estamos haciendo ahora para apoyar las voces no escuchadas y excluidas, para fortalecer los medios de comunicación alternativos, para crear una cultura de curiosidad y escucha?

5. Los hechos dicen más que las palabras

Las acciones proporcionan la materia prima para las historias contadas en tiempo real. Son incluso más importantes en una crisis porque cuando estamos desorientados, buscamos pistas en los demás para saber cómo reaccionar. Este es el principio de la prueba social, articulado por primera vez por Robert Cialdini. Un ejemplo de ello es la decisión del Presidente Zelenskyy de permanecer en Kiev en lugar de marcharse a un lugar más seguro, lo que transformó la cobertura internacional sobre él casi de la noche a la mañana de uma persona “rebasadda en sus capacidades” a ser calificado de un líder ejemplar. La nueva narrativa sobre Zelenskyy es tan poderosa que cada acción posterior se toma como una confirmación de su heroísmo, hasta el punto de que el New York Times llegó a afirmar que la camiseta del presidente ucraniano era ”un símbolo de la fuerza y el patriotismo del pueblo ucraniano.”

Planeación para lo inesperado

Como señaló Naomi Klein en The Shock Doctrine, los intereses poderosos llevan mucho tiempo utilizando las crisis para reforzar su poder. Las narrativas dominantes justifican que el poder se resiste al cambio. A pesar de las protestas de Black Lives Matter, los asesinatos policiacos continúan, y existe un retroceso en Estados Unidos para exigir una importante reforma a las fuerzas policiales. Covid-19 no nos ha llevado a un mundo mejor. El acceso universal a la salud sigue siendo un sueño, mientras los gobiernos establecen nuevas formas de vigilancia con el pretexto de estar preparados para una pandemia. El nuevo enfoque de Europa para acoger a los refugiados podría fácilmente acabarse tan pronto como el siguiente barco de refugiados africanos cruce el Mediterráneo. 

No podemos darnos el lujo de cruzar otro portal “arrastrando los restos de nuestros prejuicios e ... ideas muertas.” Los financiadores deben ayudar a garantizar que el terreno esté preparado para promover narrativas progresistas la próxima vez que nos enfrentemos a una crisis desestabilizadora, y la siguiente, y la próxima. Tal y como sostiene Nassim Taleb en su libro The Black Swan, debemos incorporar los acontecimientos impactantes a nuestras estrategias y modelos de cambio. 

Es difícil incorporar los acontecimientos impredecibles a nuestras estrategias. Sin embargo, aunque no sabemos cuál será la forma exacta que tomarán los acontecimientos impactantes, podemos estar seguros de que sucederán. El siguiente desastre nuclear, la catástrofe climática o la pandemia no deberían tomarnos por sorpresa. Necesitamos estar preparados para comprender el impacto en el terreno de la narrativa cuando se producen acontecimientos impactantes y estar listos para actuar cuando suceda.

Imagen modificada. War Anxiety de Alisdare Hickson, licencia de flickr.

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